¿Que es la terapia Gestalt? ¿Que es el Coaching?

¿Cómo pueden combinarse ambas técnicas y resultar más eficaces?

La Terapia Gestalt es una guía de autoconocimiento, dispone de herramientas para aprender a identificar mis emociones y mis necesidades, ayuda a clarificar los pensamientos y las acciones o conductas; me permite , siguiendo una serie de claves, saber más de mí, entenderme mejor y descubrir sí lo que pienso y hago es coherente y responde a lo que siento y necesito o , por el contrario, actúo de forma automática e insatisfactoria, dirigido por pensamientos y creencias ajenas a mí, desconectado de mis emociones y necesidades.

Podemos llamar a esto ampliar la conciencia y la Terapia Gestalt propone  ampliar la conciencia corporal, es decir aprender a percibir mi cuerpo y sus sensaciones,  tomar conciencia de mis emociones, aprender a saber que siento e identificarlo y  darme cuenta de mis pensamientos limitantes y automáticos que interfieren mis necesidades y emociones más auténticas y sinceras.

Para la terapia Gestalt el sufrimiento se origina en la insatisfacción de necesidades auténticas y genuinas del ser humano.  La Terapia Gestalt parte de la base que la satisfacción de estas necesidades es inevitable, que el ser humano esta creado para el placer el disfrute y la satisfacción de sus necesidades en su entorno  y además tiene las capacidades y recursos para hacerlo de manera natural.   Esto es común a la terapia Gestalt y psicoterapias humanistas.

Para la Terapia Gestalt nos ocurre que, sin darnos cuenta, interferimos en la satisfacción de nuestras necesidades creando una serie de mecanismos de adaptación a las personas y situaciones de nuestro entorno  que acaban convirtiéndose en automáticos e inconscientes.

Para la Terapia Gestalt podemos establecer una serie de pasos:

  • Ampliar la conciencia corporal
  • Poner conciencia y darnos cuenta de nuestras emociones
  • Identificar y distinguir nuestros mecanismos automáticos, nuestras formas de pensar, sentir y actuar automáticas y que no responde a nuestras necesidades auténticas y genuinas sino creadas o artificiales.
  • Identificar y sentir que necesitamos y queremos.

La famosa pirámide de las necesidades Maslow puede ser una buena referencia de necesidades del ser humano.

Puesto que tenemos las capacidades para identificar y saber que necesitamos y queremos, en parte, se trata de desaprender la manera de hacer que actualmente y de forma automática no nos facilita la satisfacción y nos causa sufrimiento en forma de ansiedad, baja autoestima, desanimo, depresión, inseguridad, miedos, conflictos emocionales y de relación.

El coaching es una guía y una caja de herramientas para identificar, concretar y llevar a la acción la realización de objetivos y deseos, dispone de herramientas prácticas y recursos válidos y útiles en ese sentido. Conjuntamente con la PNL permite utilizar las capacidades de la mente en el propio provecho y en el de aumentar la satisfacción de vivir basándose en la materialización de nuestros deseos, hay que precisar que, lamentablemente, muchas veces estos deseos son fantasías alejadas de las reales necesidades y emociones, razón por la cual pueden fracasar muchos procesos de Coaching sobre todo en el ámbito vital y no laboral.

Solo por la extensión dedicada en  este escrito a cada una de las técnicas uno se puede dar cuenta de que la Terapia Gestalt es mucho más profunda, rica y transformadora que el Coaching aún enriquecido con la PNL

No obstante, la Terapia Gestalt no está exenta de inconvenientes, bajo mi punto de vista, mi experiencia y mi trabajo terapéutico, la terapia Gestalt puede abrir en exceso la conciencia y dispersar la atención (cosa que no fue en absoluto la intención de su creador Fritz Perls) y, en ese sentido estar faltada de unos límites claros y una dirección de actuación, creando en la persona la sensación de pérdida o dispersión.

Los Inconvenientes que yo conozco del Coaching, en especial del Coaching con PNL, ya los he mencionado en parte y redundo en ellos: basarse en necesidades creadas a partir de deseos fantasiosos y no en necesidades reales para la consecución de sus objetivos,  lo que deviene en un proceso ilusionante pero frustrante a la larga pues está basado en un conocimiento insuficiente y restringido,  artificial de las necesidades de la persona.  En definitiva en el coaching no tomamos conciencia ni nos damos cuenta de lo que necesitamos y sentimos,  de manera que los objetivos conseguidos no aportan la satisfacción plena y duradera de la persona y pueden resultar contraproducentes a la larga.

Me parece obvio que ambas técnicas combinadas pueden enriquecer considerablemente el trabajo con personas y la solución de problemas que les generan sufrimiento.

La Terapia Gestalt aporta al Coaching la conciencia que a este le falta y un punto de partida basado en la realidad de lo que le pasa a la persona  en el presente y  en todos sus planos, corporal, emocional y mental así como en sus acciones o conductas, facilita a la persona un autoconocimiento que, parafraseando a Claudio Naranjo, de por sí ya es transformador: la capacidad de darse cuenta de que necesita, siente y quiere de manera autentica y real.

El Coaching complementa este conocimiento,  aportando a la Terapia Gestalt  sus técnicas y recursos  dirigidos a la focalización y la concreción en uno o varios aspectos de la vida de la persona.  De la misma manera el Coaching específica y delimita los objetivos a conseguir, facilitando la satisfacción de las citadas necesidades, además hace énfasis en la acción y la planificación para la consecución de los citados objetivo,  aportando a la Terapia Gestalt la dirección, concreción y acción que facilita un proceso de cambio personal o resolución de problemas practico, realista y asumible.

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