La Autoestima desde la Terapia Gestalt.

Quiero compartir mi punto de vista sobre la Autoestima, que es y de que trata.

Mi opinión está fundamentada en la Terapia Gestalt, en la cual me dedico profesionalmente y enfoque vital con el cual procuro moverme por la vida.

La Terapia Gestalt fue creada por el psicoanalista y médico Fritz Perls y ofrece una metodología y guía para conocerse a sí mismo y crecer personalmente.

La Terapia Gestalt es sumamente práctica y transformadora y considera la Autoestima la forma natural de valorar, aceptar y cuidar de uno mismo. Insisto en la palabra natural, pues si no hiciésemos nada este hecho seria consustancial al ser humano.

La Autoestima tiene que ver con la diferenciación, la afirmación de uno mismo, la palabra Yo; cuando un niño dice Yo, dice no y no dice si, se afirma i se diferencia del mundo y de los demás y establece su propio ritmo. La Autoestima se expresa en el lenguaje en primera persona, con frases que empiecen con el Yo y tengan que ver con lo que quiero, siento y necesito.

La Autoestima es especialmente sensible a las emociones, a lo que sentimos; cuando yo acepto incondicionalmente lo que siento estoy cuidando de mí, estoy afirmándome, me estoy diferenciando, soy yo. Esto es Autoestima.

Virginia Satir, fue una terapeuta familiar no vinculada a la Terapia Gestalt que puso de moda el término Autoestima. Ella solía hacer dos preguntas a las personas con quien trabajaba. Una era: ¿Cómo te sientes?, que permitía a la persona contactar e identificar sus emociones (o por lo menos empezar a hacerlo) y la otra, a continuación: ¿Cómo te sientes sintiéndote así?, que se refería a la Autoestima.

Yo acostumbro a hacer estas preguntas en mis sesiones individuales y particularmente en el Taller de Autoestima que llevo a cabo mensualmente. No son preguntas que haga en cualquier circunstancia, las hago cuando la persona está disponible y quiere trabajar en una situación que le causa sufrimiento y en la cual tiene la percepción de que su autoestima es baja.

Hasta ahora, la respuesta a la primera pregunta siempre es la misma; algunas personas pueden identificar lo que sienten, otras no en un primer momento y si posteriormente, con mi acompañamiento: suele ser rabia, tristeza o miedo.

La respuesta a la segunda pregunta también ha sido la misma hasta ahora: ¡Mal!

Cuando respondemos así no nos damos cuenta de que nos estamos juzgando.  Se alo que sea que sintamos es real para cada persona y está sucediendo, sólo es posible, en primer término, aceptar lo que nos pasa y de eso depende la autoestima.

Si aceptamos incondicionalmente aquello que sentimos nos abrimos a la posibilidad de encargarnos de ello, pues puedo decidir qué hacer con mis emociones ya sean tristeza, rabia o miedo y sólo me será posible si las acepto y no las juzgo ya que juzgar mis emociones es juzgarme a mí.

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